mamá, estás bien? – le digo suavemente
si, si. que va a ser. – dice casi llorando, pienso que no es para tanto- los shampoos de europa, la ropa importada, el perfume miss dior… – la lista era larga. mi mamá no para de describir o decir detalladamente los objetos que habíamos perdido. a veces mi mamá exagera. demasiado, para mi gusto.
mi papá solo se deja caer en el sillón como si fuera totalmente indispensable. lo entiendo, necesita relajarse.
hago lo mismo, y me tomo la gaseosa que estaba a medio tomar, y más caliente que el mismísimo desierto.
apenas la termino la llevo al tacho de basura donde me encuentro a una chica linda, bueno, tampoco taaaaaan linda. solo; LINDA.
estoy enojado, con todos, hasta con esa chica morocha con lunares que acabo de conocer.
pero no pregunten porque, porque soy así. me enojo aunque me den lo que más quiero.
bueno, igual, había motivo para enojarse. me perdieron las valijas! mis botas altas perfumadas, mi balalaika… ay no! me estoy convirtiendo en mi mamá!
chicos, vayamos para allá- dice mi mamá y señala a la familia de la chica morocha con lunares por toda su cara.
por qué? – digo yo. sinceramente, esa chica me estaba mirando desde antes, y no tenía muchas ganas de acercarme hacia ella.
porque necesitamos ayuda, somos los únicos que estamos en este hotel.- esa familia nos puede ayudar.
respiro bien hondo, me abrocho el botón de la camisa que se me acaba de salir, y me huelo el aliento poniéndome la mano en la boca.
no sé porque me arregle, pero por algo será.